lunes, 28 de marzo de 2016

El Trabajo Aplicación y la lógica de la investigación proyectiva

Por: Ramón E. Azócar A.*





En la academia de hoy día, en el caso latinoamericano, se tiende a especular y emitir opinión, antes de fundamentar y razonar los hechos. Es una academia impulsiva, cargada de valores creativos, pero emocionalmente muy torpe y tiende a desvanecerse a través de la descalificación y el atropello, a quienes siente como potenciales rivales. Dura experiencia la de la docencia universitaria en este siglo XXI, sobre todo para quienes tenemos el defecto de pensar y escribir lo que pensamos.

En este sentido, en el caso particular de la UNELLEZ, Programa Ciencias Sociales, la figura del Trabajo de Grado, desde la modalidad Trabajo de Aplicación, ha traído consigo distintas formas de enfocar la realidad teórica y metodológica de la orientación de lo que debería ser una propuesta aplicada y valorada en razón de su impacto, sobre los sujetos que se investigaron.

En este sentido, nunca se ha negado la necesidad de un diagnóstico riguroso para elaborar la propuesta; anteriormente se hacía solamente ese diagnóstico y se presentaba la potencial solución o propuesta que solventaría las debilidades arrojadas por dicho diagnóstico. Esa orientación metodológica se conoce como proyecto factible.

Luego, al cambiarse las instrucciones, producto de una actualización curricular (se pasó de P3 a P4), se indujo a que el estudiante, partiendo del 100% de factibilidad asumida, es decir, prescindiendo de la prueba diagnóstico y tomándose como real la existencia de un problema cuya solución es una propuesta definida, se aplica y se mide, por la vía de un cuestionario multivariable, el impacto de que la propuesta tuvo sobre los sujetos investigados. A esto se conoce como Proyecto Acción, o Trabajo de Aplicación.

Estableciéndose estos criterios, se puede comprender el sentido lógico del Trabajo de Aplicación, el cual, por razones de tiempo, no puede tomarse un año y medio para poder construir un diagnóstico y luego aplicar la solución y evaluarla; darle operatividad al trabajo de grado, implicó partir de supuestos aceptados como verdaderos que surgen más de la observación directa que del monitoreo técnico de una consulta o análisis de necesidad, pero que no afecta la esencia lógica de la investigación proyectiva que es la de responder a una necesidad puntual y solventarla.

A todas estas, para aquellos “asesores” o “metodólogos” cuya pasión intelectual es criticar el trabajo académico interdisciplinario del Programa Ciencias Sociales de UNELLEZ-VPA-Guanare, se extiende la invitación a que escriban sus posturas para poder responderles con criterio científico cada una de esas dudas infundadas, porque nada de razonable tienen. Se ha obrado “quirúrgicamente” en la disección de cada parte del cuerpo teórico y metodológico del Trabajo de Aplicación, no ha habido desorientación ni trasgresión de pasos lógicos para abordar el proceso de indagación de una manera segura, válida y confiable.  Por eso, la crítica descalificativa no nos llega, pero hay que aclararla, el silencio suele ser cómplice de quienes conspiran para opacar la verdad.

En un aspecto concreto, retomando el tema descriptivo del significado metodológico del Trabajo de Aplicación, se destaca que esta modalidad permite desarrollar un análisis participativo, donde los actores implicados se convierten en los protagonistas del proceso de construcción del conocimiento de la realidad sobre el objeto de estudio, en la detección de problemas y necesidades y en la elaboración de propuestas y soluciones.

Con el fin de detectar esas demandas reales relacionadas con el objeto de estudio y concretarlas en propuestas de acción ajustadas a necesidades sentidas, se desarrolla un proceso de investigación que apunta a la transformación mediante el trabajo con colectivos, asociaciones, grupos de vecinos/as y otros actores del municipio con sensibilidades o intereses comunes, lo cual facilita una movilización hacia la implicación ciudadana que favorece la creatividad social en beneficio de toda la comunidad local. El conocimiento de la realidad se construye progresivamente en un proceso participativo en el cual los actores implicados “tienen la palabra”, y de este modo se crean las condiciones que facilitan espacios de reflexión, programación y acción social relacionados con los problemas que plantea el objeto de estudio.

Para crear esas condiciones necesarias se aplica un procedimiento de investigación riguroso bajo la modalidad Trabajo de Aplicación, que propone intervenir de forma integral e integradora en el territorio. Tal procedimiento investigador persigue la elaboración de un conocimiento sobre el objeto de estudio que sea útil socialmente y que permita la implementación de Planes de Acción Integral, donde la participación ciudadana, plena y consciente, sea un eje articulador básico. Por eso se trabaja con grupos humanos, con el fin de transformar su entorno, a partir del conocimiento crítico de la realidad que les rodea y de la puesta en marcha de un conjunto de estrategias y propuestas vertebradoras.

Es importante acotar, que el Trabajo de Aplicación, aparte de proponer una solución concreta al problema abordado, ofrece una batería de respuestas y soluciones a los problemas, propiciando la conversación y el diálogo como mecanismos con los que crear procesos donde los sujetos afectados aporten, tras la reflexión, soluciones a sus problemas. Construyendo las respuestas con los distintos agentes sociales y ciudadanos del municipio se abre un gran abanico de posibilidades, pero las respuestas, soluciones y propuestas de acción se ajustarán más a la realidad concreta, en la medida en que han sido participadas y compartidas por la ciudadanía en el proceso de investigación-acción.

Los ejes centrales en que se basa el desarrollo de la modalidad Trabajo de Aplicación, son los siguientes: En primer lugar, se han de delimitar unos objetivos a trabajar que responden a la detección de determinados síntomas; a esta etapa de concreción le siguen otras de apertura a todos los puntos de vista existentes en torno a la problemática y objetivos definidos: se trata de elaborar un diagnóstico y recoger posibles propuestas que salgan de la propia praxis participativa y que puedan servir de base para su debate entre todos los sectores sociales implicados; este debate es la que da lugar a una última etapa, de cierre, donde se valora o evalúa el impacto de la propuesta en líneas de actuación y en la que los sectores implicados asumen un papel protagonista en el desarrollo del proceso; y la puesta en marcha de estas actuaciones abre un nuevo ciclo en el que se detectarán nuevos síntomas y problemáticas, y en el que cabrá definir nuevos objetivos a abordar, desde allí pueden surgir nuevas investigaciones.


En esencia es importante establecer un criterio general para abordar la realidad objeto de estudio: un problema, donde se aborde el diagnóstico, las necesidades del objeto de estudio, la potencial solución y la pregunta, partiendo de la idea de un 100% de factibilidad inducida; destacar, por la vía del análisis de necesidades, la fundamentación lógica de ese 100%, de acuerdo a la observación directa y a la vinculación previa con los sujetos investigados; luego se diseña la propuesta, se aplica y por último, con un instrumento multivariable, tipo escala Likert, evaluar el impacto que tuvo la propuesta sobre los sujetos investigados. De eso se trata el asunto, en esta realidad metodológica de la UNELLEZ-VPA-Programa Ciencias Sociales, no quiere decir que no pueda ser mejorada, profundizada y hasta simplificada esta percepción de la orientación del trabajo de grado, pero solamente asumiremos aquellas posturas que por escrito y con fundamentación, nos sirvan hacer llegar. De palabras y opiniones, no construimos la ciencia en sociedad, solamente hacemos caso de la validez que da el razonamiento lógico y científico.